Llega el verano y con él, el sol, la arena y el agua, enemigos acérrimos y de los que tenemos que proteger nuestro teléfono. Y es que a quién no se le ha caído alguna vez a la piscina mientras intentaba hacer una foto o se le ha llenado de tierra cuando jugaba en la playa. Según The Phone House, en verano se generan el 33% de las averías en teléfonos móviles. Así que tomar algunas medidas para evitarlo no está de más.
Como no vamos a dejar nuestro smartphone en casa y queremos que nos dure, al menos hasta que tengamos ganas de comprar uno nuevo, aquí van unos cuantos consejos para que el teléfono móvil sobreviva al ajetreado verano que está a punto de comenzar:
- Protegerlo del sol. Seguro que más de una vez hemos recogido el teléfono con unos cuantos grados de más por haberlo dejado encima de la mesa del chiringuito mientras nos tomábamos un refresco. Pues es un error, porque el calor puede afectar al teléfono más de lo que pensamos. Según ThePhone House, las altas temperaturas causan el 50% de las averías en los teléfonos. Lo mejor es guardarlo en sitios donde no le lleguen directamente los rayos solares y evitar lugares con mucho calor. Por ejemplo, no dejarlo en el coche mientras nos bañamos en la playa. Con este pequeño consejo no sólo lo protegeremos del sol, sino que también lo haremos de los posibles ladrones, siempre al acecho de los pobres incautos que olvidan su teléfono encima de la toalla de playa.
- Controlar la temperatura. Si hace calor fuera, no hagas que aumente su temperatura con, por ejemplo, con interminables partidas al Candy Crush. La batería es uno de los motores de nuestro teléfono y tampoco se lleva demasiado bien con el calor, así que tenedlo en cuenta en las calurosas tardes veraniegas. Una opción es instalar aplicaciones que nos avisen cuando el smartphone haya sobrepasado la temperatura interior máxima, entre los 30º y los 35º. En caso de que no podamos tenerlo fresco o a la sombra, si se ha calentado mucho es conveniente apagar el teléfono.
- Cuidado con el agua. Es una de las grandes enemigas de los teléfonos, y una sola gota basta para estropear el sistema. Así que, para empezar, debemos evitar tocar nuestro teléfono con las manos mojadas. Si el daño ya está hecho y se ha caído directamente a la piscina, lo mejor es sacar la batería y las tarjetas y dejarlo secar de forma natural. Nada de hornos o dispositivos que genere calor. Se podría usar un secador, pero idealmente con aire frío y manteniendo cierta distancia. Hay que evitar ponerlo a cargar . Como extra, puedes protegerlo con las fundas acuáticas como las que comercializa Cellularline, que además de ser bonitas, protegen del agua, el polvo y la suciedad en general. Podrás hacer fotos, escribir o jugar sin miedo a que el teléfono tenga que pasar unos días en un bol de arroz, ya sabes, por eso de que absorbe la humedad.
- Imprescindible, una funda. No sólo en verano, sino todo el año para evitar golpes, roturas de pantalla, etc. Existen de muchos tipos, colores y materiales, así que si necesitas ayuda para elegir tu funda ideal, puedes echar un vistazo a este artículo que publicamos en Gadwoman. Un cristal templado o algún protector de pantalla tampoco debe faltar. Según ThePhone House, la rotura de pantalla causa el 70% de los fallos en los smartphones.Un dato que confirma una encuesta realizada por Motorola en 2016, en la que el 50% de los encuestados en todo el mundo habían sufrido una rotura de pantalla alguna vez en su vida.
- ¿Y un seguro? Por muy precavidos que seamos, una caída, un chorro de agua o un robo pueden sucederle a cualquiera. Por eso, es mejor prevenir que curar y contratar un seguro que proteja al teléfono de cualquier daño. Tendrías que mirar bien que es lo que cubren y qué queda fuera de cobertura. En teoría, un seguro podría hacernos ahorrar entre 150 y 600 euros, dependiendo del modelo de terminal.
Con estos sencillos consejos, y un poco de sentido común, puede que tu móvil sobreviva mucho mejor a este verano. Así la depresión post-vacacional no será tan grave si podemos seguir utilizándolo para ver las fotos que hemos hecho en nuestras queridas y pasadas vacaciones, y como no, subirlas a las redes sociales.