El primer ordenador doméstico no se hizo para jugar ni para escribir textos ni para realizar trabajos de oficina. El primer Honeywell 316, lanzado al mercado en 1969 como The Kitchen Computer, ¡¡¡¡se diseñó para estar en la cocina y ayudar a las amas de casa…!!!!

Advertisements

La historia queremos recordarla para quienes están olvidando el papel de las mujeres en la historia de la informática, del mismo modo que se ha recordado el rol que desempeñaron en la carrera espacial con la película Figuras Ocultas.

El Kitchen Computer, que hizo Honeywell, no era lo que se dice un ordenador personal. Tenía el tamaño de un frigorífico grande, pesaba 45 kilos, funcionaba con una impresora de agujas y un teclado, y había que manejarse con líneas de comando y agujeros en un papel. Tenía 4Kb de memoria ampliables. Su complejidad, que exigía un nivel de conocimientos de programación avanzado, y que costaba 10.000 dólares de entonces (hace 48 años) hizo que no se vendiera ninguno.

Bueno, sus aplicaciones tampoco iban más allá de las recetas de cocina. De hecho, reformulaba e imprimía las recetas según los comensales y poco más. Y todo con una usuaria en delantal como imagen publicitaria y la oferta de un curso de programación de dos semanas.

Kitchen computer honeywell
Anuncio del Kitchen AId. AUTOR: Computer History Museum

El ordenador aprovechaba la experiencia de un programador, Jim Sutherland, que creó un ordenador para casa, el ECHO IV, con su mujer, Ruth, y lo utilizó para agilizar la vida familiar. Su criatura, que ocupó inicialmente toda una pared del sótano, les permitía recordar las fiestas y cumpleaños familiares, escribir cartas, calcular las cantidades de las recetas, llevar las finanzas, hacer listas de la compra y entretener a los niños.

Los Sutherland –ella se había diplomado en ‘economía doméstica’– concibieron ECHO IV con un curioso control parental. Los niños debían acertar una serie de preguntas sobre conocimientos generales si querían utilizarlo de noche. Y su sueño era que les ayudara a hacer los deberes a los niños y que controlara la casa.

La familia Sutherland, con el ordenador ECHO IV.
La familia Sutherland, con el ordenador ECHO IV.

Pero antes que Sutherland, la primera persona que se llevó un ordenador para usarlo en casa también fue una mujer. Mary Allen Wilkes, nacida en 1937, quería ser abogada pero entró en la programación por indicación de una profesora. Comenzó a trabajar en el MIT, en un grupo de investigación que intentaban que los ordenadores reconocieran el habla humana, ¡en 1959! Han tardado más de 50 años en conseguirlo…

Se montó el ordenador en casa y aprendió a programarlo con LINC, un lenguaje de programación del que llegó a escribir parte del manual. Todo, antes de que internet estuviera ni pensada (la primera ARPANET es de 1969).

Al final, y pese a su exitosa carrera en la programación, Mary Allen Wilkes lo dejó y entró en la escuela de leyes. Fue abogada y luego juez, y se retiró a su casa en el 2012, después de estar al frente del tribunal de arbitraje en temas de ordenadores al más alto nivel.