La Moppy es un invento bastante peculiar, la verdad. Tiene dos partes: por un lado es una mopa clásica con bayeta extraíble de tela y, por otro, es un soporte con un depósito de 0,75 litros que se carga solo con agua del grifo.
El soporte se enchufa a la corriente y se pone la mopa encima. Han de entrar en contacto las dos flechas, la de la mopa y la del soporte. Y aquí cuidado, porque yo no lo hice así y aquello no se encendía ni para atrás.
Pues nada, que no tiene ni interruptor. Solo con que esté el enchufe encendido, ya comienza a calentar. Tarda un minuto la primera vez y mucho menos las sucesivas. Se nota que está lista porque comienza a salir vapor (poco) y el piloto de encendido rojo se ve acompañado de una luz verde.
Y no hay más. Lo único que tendrás que hacer es buscarle un sitio para que se quede encendida o al menos fijo el depósito. No hace más ruido que una plancha a vapor. Y la bayeta se lava en la lavadora. No hay que usar ni detergentes ni líquidos y cada pasada de mopa cubre unos 20 metros cuadrados (una habitación seguro). Claro que no va sola, como otros robots con fregona.
Sus promotores son la compañía italiana Polti, los inventores de la vaporetta, ese otro gran invento. Francesca, la hija del fundador, Franco Polti, es quien nos hizo la demostración en el vídeo que puedes ver a continuación.