Que los niños empiecen a estudiar inglés o chino desde bien pequeños se está convirtiendo en asignatura obligada, no solo en los colegios sino también para los padres. Como decimos, las escuelas son el punto de partida, pero practicar fuera de ella tampoco está de más. Además de las academias, la tecnología puede ayudarnos en esta ardua tarea. Un ejemplo es Lingokids, una startup de enseñanza de idiomas para niños en edades entre los 2 y los 6 años que crea apps educativas que aúnan el aprendizaje de idiomas y la diversión. Es decir, que los niños aprenden inglés a partir de los que más les gusta: jugar. Y además, utilizando otra de las cosas que más dominan que son los smartphones o las tabletas de los papás y mamás. Y es que ahora los más pequeños aprenden antes a relacionarse con la tecnología, y esto es sin duda una ventaja que hay que aprovechar.
Marieta Viedma, la cofundadora de Lingokids, es una apasionada del aprendizaje de idiomas y de la educación en las primeras etapas del desarrollo infantil, y madre de una niña y de otro en camino. También es Doctora en Psicología, unos estudios donde desarrolló sus conocimientos sobre las capacidades cognitivas infantiles.
Junto con su hermano Cristóbal, surgió la idea de embarcarse en esta empresa que en un primer momento llamaron Monkimun. “La idea nace de un conjunto de circunstancias vitales. Al convertirme en mamá de una preciosa niña, comprobé la facilidad que tienen los bebés para manejar tabletas. Con mi experiencia y la experiencia de mi hermano en el sector digital y en el mundo emprendedor supimos que Lingokids sería imparable”, comenta Marieta Viedma. De esta unión surgió Lingokids, que se marca como principal objetivo hacer que el aprendizaje de un segundo idioma sea asequible y fácil de acceder por todos los niños del mundo.
Ni el emprendimiento ni la educación de los más peques son nuevos para Viedma, quien fundó en 2006Gea Educativa, una cadena de centros educativos para niños de 2 a 16 años. Para este emprendimiento digital ha utilizado su experiencia ocupándose de la parte de desarrollo del método de enseñanza y de la experiencia del usuario con la aplicación.
Método: la diversión
Uno de los valores diferenciales de la compañía se encuentra precisamente en su método, basado en no presionar al niño, que sea él mismo quien elija su ritmo de manera natural. “En ningún momento se siente obligado ni encerrado, al contrario: para él es un momento de ocio y lo disfruta”, explica Marieta Viedma. El método es sencillo y se basa en el aprendizaje inmersivo. La ideas es crear condiciones similares a las de un hablante nativo cuando aprende su lengua materna. “Gracias a la tecnología, podemos crear el entorno perfecto (un juego divertido) en el que depositar pequeñas dosis de aprendizaje que se adaptan al niño y a sus conocimientos. Aprender de forma interactiva gracias a las nuevas tecnologías es, sin duda, el futuro (ya no tan lejano)”, comenta la cofundadora de Lingokids.
La tecnología tiene un papel fundamental y aporta otro de los valores diferenciales de la compañías respecto a otros centros educativos. “Somos principalmente una empresa de tecnología centrada en educación”. La app de idiomas se basa en Unity3D, un entorno de programación de videojuegos, tanto para Android como para iOS. Eso, en cuanto a la aplicación en sí. En lo que respecta la parte de web de cliente y gestión de pagos, se ha desarrollado utilizando Ruby onRails, un entorno de programación web.
“No sólo ofrecemos una plataforma con contenido adaptada a cada niño a través de algoritmos que ofrecen contenidos personalizados para el nivel de inglés del niño y sus preferencias sino que además la aplicación combina estos contenidos con una experiencia con profesores nativos de inglés a través de video, Lingokids Live”, explica la emprendedora. Clases que se combinan con la recomendación de contenidos al estilo de Netflix y que suponen una novedosa forma de aprender idiomas. Recientemente, y para completar la oferta, Lingokids ha cerrado un acuerdo con Oxford UniversityPress, una de las editoriales universitarias más grandes del mundo, para que se pueda acceder a cursos escolares de Oxford desde la plataforma.
Otro aspecto muy importante para las empresas tecnológicas, como apunta Marieta Viedma, es el de la innovación, que es continua y abarca desde contenido dinámico que funciona incluso sin conexión a Internet hasta video clases en directo con niños en múltiples países simultáneamente con profesores nativos.
Escollos a salvar
A la hora de emprender en tecnología no todo ha sido fácil, y la compañía ha tenido que ir solucionando problemas a medida que han ido surgiendo. Uno de estos problemas tiene que ver precisamente con los contenidos como relata a Gadwoman la emprendedora: “Contamos con cientos de actividades de decenas de proveedores además de contenidos propios, lo que requiere un gestor de contenidos suficientemente potente, así como herramientas que hemos desarrollado de forma interna para adaptar distintos formatos”.
El segundo escollo se deriva del más de millón de usuarios con los que cuenta la app en todo el mundo. Una cifra que sigue creciendo y que representa una necesidad de capacitar los servidores de la compañía a medida que estos crecen para poder dar soporte a todos los usuarios.
El éxito de Lingokids es indudable. Como nos apunta su cofundadora, “actualmente contamos ya con dos millones de descargas de nuestras apps y más de 30.000 niños que diariamente aprenden inglés o chino con nosotros”. Además, la empresa tiene 20 trabajadores en las oficinas de Madrid y colaboradores repartidos por diferentes partes del mundo.
A nivel económico, emprender tampoco es tarea fácil. Para llevar a cabo la creación y el desarrollo de negocios, Lingokids participó en una aceleradora de negocios que, como a ellos, dio salida a otras 500 startups. La primera ronda de inversión de la compañía se cerró con un millón de dólares. Recientemente Lingokids ha cerrado una ronda de financiación de 4 millones de dólares en la que han participado fondos de inversión tan importantes como el alemán Holtzbrinck Ventures y el español JME Venture Capital así como uno de los mayores fondos de inversión de Silicon Valley, Bessemer Ventures Partners. “Esta nueva ronda de financiación nos permitirá expandir nuestro catálogo de oferta, crecer en nuevas regiones y alcanzar nuestro objetivo: que 15 millones de familias disfruten nuestros servicios a finales del 2018”, explica Cristóbal Viedma, CEO y cofundador de Lingokids.
Modelo de negocio
El modelo de negocio que utiliza Lingokids es de tipo subscripción, con 30 días de prueba gratuita, en el que los padres pagan sólo por el tiempo que sus hijos utilizan la app. Para Marieta Viedma, “tener un producto tan completo nos permite mantener este modelo”, que ya cuenta con dos millones de familia registradas.
Las redes sociales también juegan un papel importante en Lingokids, tanto para comunicarse con los clientes como para darse a conocer. Como explica esta emprendedora, la estrategia en comunicación se basa en la bidireccionalidad lo que les permite utilizar el feedback de los clientes para mejorar sus productos. Los canales de comunicación son variados y no se limitn solo a las redes sociales, sino que también se utilizan emails, el teléfono o las encuestas entre otros. “La gran ventaja de emprender en un negocio con un componente online es la facilidad para llegar a un gran número de personas interesadas en tu producto”, remarca. Aunque para emprender en el mundo de Internet y de la tecnología en general esta emprendedora apunta también a la necesidad de “una buena preparación técnica, o tener el apoyo de perfiles técnicos” como aspectos imprescindibles para tener éxito.
Consejos para futuras emprendedoras:
“Tener la idea muy clara y un plan muy definido. Persistencia absoluta. Mantener la cabeza fría y esperar 50 veces respuestas negativas. Al final alguien acaba dando un “SI” a tu proyecto.”
Con su proyecto viento en popa, Marieta Viedma, cofundadora de LingoKids, hace una valoración positivo de su experiencia como emprendedora en el ámbito tecnológico: “Desde luego ha habido momentos difíciles pero echando la vista atrás creo que ha sido una gran experiencia y por supuesto muy gratificante a nivel personal”.
