Los smartwatch han venido para quedarse, ya lo he comentado en alguna que otra ocasión. Solo que todavía no han dardo con la fórmula de la cocacola. Lo que parece que ya tienen claro los fabricantes, Samsung al menos, es que un reloj no solo tiene que serlo sino también parecerlo. Como la mujer del César. En este sentido lo habían hecho muy bien con el Gear S2 y ahora con el Gear S3 lo mejoran. Lo hemos podido ver en la IFA, la feria europea de tecnología de consumo que acaba de empezar. Lo han mejorado respecto a versiones anteriors teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales para nosotros los usuarios: el diseño -queremos uno reloj y no un gadget- y la batería – no queremos preocuparnos de tener que recargar.
Porque la idea es que usemos el smartwatch para más cosas, prescindiendo del teléfono móvil. Así que el Samsung Gear S3 lleva, además de altímetro y barómetro, altavoces para poder escuchar música directamente desde la muñeca o poder hablar desde él. Una opción muy interesante que trae es la que permite realizar un seguimiento de la localización y poder enviarla en caso de emergencia a determinados contactos seleccionados previamente o a entidades de auxilio.
Los dos modelos tienen realmente la apariencia y el cuerpo de relojes convencionales, disimulando su inteligencia bajo un diseño habitual que puede ayudar a vencer las reticiencias de quienes no quieren un dispositivo en su muñeca. Aunque es unisex, para mujer queda un poco grande todavía. Quiero pensar que Samsung está trabajando ya en una versión femenina del asunto y es que una esfera ligeramente más pequeña sería ideal para muñecas más finas.
En cuanto a la disponibilidad y el precio, no hay nada oficial todavía pero los rumores dicen que saldrá en octubre y costará unos 400 euros.