Normalmente nos proponen dispositivos y gadgets muy chulas para probar. Pero hoy hemos ido a recoger algo que me ha hecho especial ilusión: ¡un coche eléctrico! Sí, durante unas semanas vamos a estar probando un Nissan Leaf, el vehículo 100% eléctrico de cero emisiones del que se han venido más de 190.000 unidades el mundo. No es la última versión que se pondrá a la venta este año que cuenta como principal novedad con una batería de 30 kWh que ofrecerá una autonomía de hasta 250km. El que vamos a probar tiene unos cuantos menos: 199 km, pero suficientes para los recorridos que vamos a hacer por zona urbana de Barcelona e incluso también para alguna salida fuera el fin de semana (contaremos con una sillita para bebé, cortesía de Nissan).
Cuando he ido a recogerlo con la fotógrafa Elena Diego y nos han explicado con detalle su funcionamiento y los pormenores de la recarga, hemos coincidido con un taxista que estaba recargando que nos ha contado las grandes ventajas, que van desde el ahorro en combustible (consume luz pero ni de lejos el equivalente), ahorro en cambio de embrague, correas de conducción, etc. Aunque yo todas esas ventajas obviamente no las voy a notar en estas semanas pero sí el ahorro en combustible. Y no lo notaré pero lo sabré, seré consciente de que estoy conduciendo de una manera limpia, sin contaminar nada. Eso sí, tendré que estar mucho más pendiente de localizar con cierta antelación los puntos dónde repostar, que Nissan te los muestra en su sistema de navegación. En la nueva versión además enseña los puntos de carga que están disponibles y los que están ocupados en cada momento. Todo ello, con un menú de navegación sencillo y práctico. Aunque lo recomendable sería dejarlo cargando por la noche en el parking, me han explicado que con una carga rápida de 30 minutos se consigue reponer el 80%.
En mi primer viaje, el de vuelta a casa desde el concesionario Nissan. ya me ha llamado mucho la atención lo silencioso que es. Y no, no se echa el falta el ruido del motor. Ha sido mi primea vez también conduciendo un coche automático y la verdad es que he encontrado muy cómodo no tener que cambiar de marcha al frenar, al arrancar, al acelerar… aunque esto sí que lo he echado en falta o mejor dicho, mi mano se me iba por costumbre a buscar el cambio de marchas. Que claro, no encontraba porque el Nissan LEAF tiene un discreto cursor. Y lo mismo con los pedales: el freno de mano es un pedal más, y al no haber embargue siguen siendo tres. Los pies están también acostumbrados a ciertos movimientos, son muchos años conduciendo, pero la comodidad se ha impuesto.
Vaya, que estoy como una niña con zapatos nuevos!!! Os iré contando mi experiencia estos días 🙂
