En verano, si vamos a la playa o incluso en las piscinas nos vamos a encontrar dos tipos de personas: las que no salen de la sombrilla para no cruzarse con los rayos del sol y las que se pasan horas vuelta y vuelta en la toalla para adquirir ese bronceado que puede ser tan favorecedor como perjudicial. Y es que no hace falta ahondar en los efectos nocivos del exceso de sol: arrugas, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y hasta melanoma (o cáncer de piel). Para evitarlo toda precaución es poca: cremas solares, sombrilla y, por qué no, tecnología, a veces muy sencilla, como la aplicada a los bañadores para niños de Imaginarium de los que os hablamos el año pasado. Pero también ahora que está tan en auge la tecnología llevable, tenemos wearables para todo: para avisarte de que estás caminando poco o, como en este caso, de que estás tomando mucho el sol.
Un ejemplo es la pulsera June de Netatmo, que hace de asesor personal y te envía notificaciones al smartphone para que tomes el sol con la máxima protección posible. Si estáis pensando en una simple pulsera de goma, de esas que no pegan ni con cola con nuestro bikini y nuestras chanclas a juego estáis equivocadas. June es una pulsera creada por la diseñadora de joyas francesa Camille Toupet y combina una correa de cuero o silicona con un elegante brillante central capaz de captar la información de los rayos UVA. Vamos, que lo mismo te sirve para ir a la piscina que para salir a tomar algo con tu mejor modelito.
Su funcionamiento es sencillo: descargas la aplicación gratuita, configuras los parámetros con tu tipo de piel, conectas la pulsera vía Bluetooth con tu iPhone y ya estás lista para salir a la calle. Por el momento, sólo está disponible en la App Store y para modelos a partir del iPhone 4S, así que las usuarias de Android aún tendremos que esperar. Y las de Windows Phone ya ni te cuento…
La piedra central capta los rayos de sol y envía la información al teléfono. Entre otras cosas, la aplicación permite configurar qué tipo de notificaciones quieres recibir y consultar el índice de rayos UVA para el día siguiente. Gracias a la información recibida y los parámetros introducidos la aplicación podrá darte consejos sobre el tipo de protección que debes usar o el tiempo de exposición al sol óptimo para no quemarte.
La batería tiene autonomía para un mes así que una vez cargada –la carga completa tarda 12 horas- podéis usarla tranquilamente casi medio verano sin preocuparos. Cuando se apague, sólo tendrás que conectarla a través de un adaptador USB.
Aunque está pensada para el verano y es resistente a las salpicaduras, a la lluvia o al sudor, por el momento no es sumergible. Repito: no es sumergible, así que no olvides de quitártela cuando te metas en el agua o te habrás quedado sin pulsera.
Su precio ronda los 129 euros y se comercializa con las dos correas, de cuero y la de silicona hipoalergénica para que puedas combinarlas en función del momento. Está en tres colores oro, platino y bronce plomizo.
Con una finalidad parecida pero con un diseño más sencillo, y a un precio más asequible, podemos encontrar Smartsun, unas pulseras de plástico biodegradable capaces de medir la exposición a los rayos UVA y UVB. Esta original pulsera ha sido desarrollada en la Universidad Strathclyde de Escocia y no funcionan con apps ni con complejas tecnologías sino que se basan en una reacción química regulada por los rayos UV.
Para comenzar a usarla sólo tienes que retirar el plástico protector, colocarte la pulsera en la muñeca y al aplicarte la crema solar procurar ponerla también sobre la Smartsun como si de la piel se tratara. La pulsera, que es de color amarillo claro, irá cambiando su color en función de la exposición: será beige cuando haya que aplicar más protector solar y cambiará hasta el rosa para comunicar que los rayos del sol son demasiado fuertes y debemos evitar la exposición. Cuanto más intensa sea la radiación UV, más rápido cambiará de color. Como son resistentes al agua no hay problema si quieres llevarla a la piscina o a la playa.
Cada pulsera sirve para un solo uso ya que su tecnología está preparada para medir la exposición durante un día completo y el cambio de color no es retroactivo, es decir, no volverá a su color amarillo inicial, por lo tanto no te ofrecerá información real. Una vez la retires la puedes echar al contenedor del plástico ya que es 100% reciclable. Se comercializan en packs de siete a sietes euros el pack a través de la página web de su distribuidora en España Bluemarionge.