Habíamos visto televisores a los que pedir cosas, con los que hacer videoconferencia o incluso que tenían Twitter en la pantalla, pero hasta ahora no habíamos visto un televisor al que poderle preguntar cosas y que te respondiera. Lo fabrica Sony y es la nueva serie Bravia con Android, que llegará muy pronto a las tiendas.
Los nuevos Bravia con Android incorporan dos tecnologías de Google que harán que te comuniques de un modo diferente con tu televisor, y que hagas que sea tu voz el mando a distancia. Una es Google Now, el asistente de voz, y la otra, Google Cast, que permite enviar contenidos de vídeo desde un móvil o una tableta, o incluso un ordenador.
Hasta ahora, los televisores de Sony, en su gama más alta, tenían alguna interacción con sus dueños. Podían, por ejemplo, apagarse solos si detectaban que no había nadie delante, porque tenían un sensor de calor. Pero ahora le podrás preguntar cosas o pedirle que cambie de canal solo con la voz. «Pon el canal 7», y sin moverte, el canal se cambia. O le puedes preguntar una duda sobre cualquier cosa que no esté relacionada con la tele, domo harías con el asistente virtual de tu teléfono, llámese Siri, Cortana o Google Now…
Las órdenes se las puedes dar habladas o con un teclado especial, pero seguramente es más cómodo hablar, porque el reconocimiento de voz es bastante bueno. Sin embargo, no esperes mantener conversaciones tipo Her. Solo responde por escrito.
La interfaz de Android en el televisor Bravia tampoco aporta mucho más, porque verás que se parece bastante a la lógica del menú de la Playstation, o incluso del Apple TV. Por pisos, y dentro de ellos, expansión hacia los laterales.
Se pueden instalar apps desde Google Play, jugar a juegos móviles o enviar directamente contenidos a la pantalla de la televisión desde la tableta o el móvil, sin más intermediarios. Desde el PC se hace desde chrome, gracias a la extensión de Google Cast, que es la que envía el contenido a la tele.
Así que el mando a distancia, que ahora es táctil, con estas teles se convierten en un bonito micrófono con el que relacionarte con tu televisor. Y luego, a ver quién chilla más.