RetroBarcelona: la nostalgia de la tecnología vintage

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Retrobarcelona1 El pasado fin de semana en Barcelona tuvo lugar la segunda edición del evento Retrobarcelona, como parte del Barcelona BITS.

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BITS es una serie de actividades reunidas en el Barcelona Disseny Hub, centradas en el mundo de la tecnología -tanto moderna, como más arcaica-, representadas por el TechShow y Retrobarcelona respectivamente, y GeekBarcelona, una parte del espacio dedicada a la ciencia-ficción, series de culto, novedades como impresoras 3D, gafas de realidad virtual o drones, vamos las delicias de cualquier devorador de subcultura y tecnología, ya no tanto relacionada directamente, sino que se pueda utilizar para fines relacionados con la misma subcultura, osea, poder imprimirme en mi impresora 3D la ansiada colección de cazas de Star Wars, desde el SnowSpeeder de Hoth hasta los interceptores T.I.E de la batalla de Endor, sueño de muchos fans de la saga.

Una acertada sinergia de objetos, exposiciones, merchandishing, tecnología y nostalgia, mucha nostalgia. Aunque reconozco que nada más entrar el la sala donde tenía lugar el evento, lo que más me llamó la atención fue la espectacular Moto-Jet, con una imagen del bosque de Endor de fondo, con sendas vitrinas repletas de cascos a tamaño real… Clone troopers, Stormtroopers, el casco del cazarrecompensas Boushh o el de Luke Skywalker como piloto en la batalla de Yavin. Los niños, ataviados con mantos de camuflaje y casco posaban sonrientes a lomos de la réplica, ante la mirada de envidia de algunos padres. Mientras tanto, un R2-D2 a tamaño real se paseaba por la sala emitiendo sus característicos silbidos ante la admiración general. Pero ni el mismo R2-D2 su hubiera podido hacer hueco a medida que nos acercamos a los stands de Retrobarcelona, ahí es a donde me dirigía yo, consciente de que ya era media mañana y que había dejado pasar la primera hora, la hora, no de las gangas, que alguna hubo, pero sí de las oportunidades de conseguir ese juego único del que sólo puede haber unas cuantas unidades.

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En Retrobarcelona, videojuegos antiguos, consolas antiguas, ordenadores antiguos, rarezas japonesas que nunca llegaron a nuestro país, tiendas especializadas y rematando la faena Alfonso Azpiri firmando su segundo portafolio de portadas de videojuegos. Touché.

Hay una expectación tensa en la sala, muchos curiosos, sí, pero también muchos coleccionistas ávidos de encontrar algún chollo. Se les reconoce fácilmente, se colocan delante del stand y escanean cuidadosamente los lomos de los juegos, hacen preguntas clave como -¿esa Neo-Geo top-loading de la caja, lleva manual de instrucciones?-. Y es que el coleccionismo de nostalgia empieza a mover dinero, se han abierto muchas tiendas que se dedican a esto, tanto físicas como online, y en eBay los precios empiezan a dispararse, coleccionar videojuegos, consolas y ordenadores antiguos es un hobby caro, no imposible si no eres excesivamente puntilloso, pero caro.

Tampoco diría que es un hobby con el que te podrás retirar dentro de 20 años, no lo sé, personalmente espero que sí, por la cuenta que me trae. Pero a pesar de que hay juegos que, más justificadamente o menos, disparan sus precios en el mercado de segunda mano, (si además está precintado, las cifras se pueden volver astronómicas) todavía te puedes hacer con una buena colección de clásicos y asegurar su valor durante unos cuantos años.

Tras pasear por la exposición de máquinas recreativas y echar unas partidas al Toki, uno de los clásicos del salón recreativo que había al lado de mi instituto, saco el machete y me dispongo a entrar en la jungla de stands llenos de oportunidades para vaciar mi cartera. Me tientan bastante un par de ordenadores MSX con su caja en bastante buen estado, el precio es justo, y comprando en esta situación me ahorro el desagradable momento de abrir un paquete procedente de la tierra del Sol Naciente y descubrir que tiene un golpe irreparable en la caja, como ya me sucedió una vez. Paso de largo, acabo de empezar y no puedo quedarme sin presupuesto antes de haber visto el resto de los puestos, además ya tengo un MSX y hay otras prioridades antes que otro ordenador de cartuchos. Lo siguiente es un puesto con algunos juegos de PC-Engine en CD, japoneses por supuesto, compro un par, por motivos de simpatía (Conan, el Niño del Futuro y Ranma son dos de mis series favoritas) más que de calidad, eso y el precio, bastante baratos. Paso de largo un Strider de Megadrive, pero la tentación acecha en cada puesto, realmente este tipo de eventos son terribles para la cuenta corriente.

Termino mi primera ronda y ya he localizado los sitios a los que vale la pena volver a mirar con más detenimiento.

Mi idea es una consola, pues suelen ser mucho más caras de comprar en eBay debido a los gastos de envío y puedes valorar mejor el estado de la caja o los mandos, así que empiezo a localizar cajas por los stands, muchas opciones pero por desgracia todo bastante caro. Neo-Geos, Megadrives, Super Nintendos, Dreamcasts, Nintendos 64 y Gamecubes son las más habituales. Incluso un par de NES o Famicomes.

Al final de un stand, una Playdia, esto ya es más interesante, pero cara, en otro estand otra, en mejores condiciones y más barata, me lo pienso seriamente, pero en ese momento veo una flamante Atari CX-2600, la clásica con el frontal imitación de madera. Está en muy buen estado, le falta un stick y las instrucciones, pero estas las compré por separado hace un par de meses en una puja desierta. Un stick y el juego que venía incluído son fáciles de encontrar, así que no deberían ser un problema, pero lo mejor es la caja, casi impecable, sin cinta de embalar, ni pegatinas, si solapas sueltas, rígida y sólida. Pregunto el precio, esperando el golpe con la cabeza agachada, he visto esta consola en eBay por 200€, en mucho peor estado que esta, cuando el dependiente me lo dice saco la cartera rápidamente y zanjo el tema con una reserva ¡Es un precio muy bueno para esta consola!. El chico no había terminado de poner la caja en el suelo, en la zona de reservados, cuando oigo a otro visitante preguntar con mucho interés el precio de la consola. Me ha ido de un pelo…

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Con la cartera temblando, pero contento doy un paseo, ya más calmado por el resto de los stands. Un mando de Nintendo 64 en caja por 15€ es un buen precio, pero el stick analógico está reventado. Finalmente el vendedor me señala otra caja con un mando de Gamecube con su caja por 20€, es un buen precio, así que ignorando a esa voz que me dice “ya está bien, ya tienes tu consola, déjalo ya” me hago con él.

Finalmente, y tras evitar muchas tentaciones, desde un Medievil de PSX hasta un Project Zero II Crimson Butterfly de Playstation 2, me acerco al stand donde guardan mi consola. Un padre y su hijo miran un par de consolas portátiles de Nintendo a mi lado, una SP plateada -sin retroiluminación- y una GameBoy Color verde en muy buen estado. De refilón escucho los precios y me apalanco al lado esperando a que se decidan, son muy baratas.

Al final deciden mirar otras cosas y se alejan tras el archiconocido “si eso ya me paso luego” como si una GameBoy Color completa y con caja por 25€ fuera a durar ahí todo el día. En cuanto se alejan le digo al chico que me guardaba la Atari que incluya la Color en la cuenta. La vocecilla que me decía que ya había gastado suficiente debe de haber sido secuestrada, o se habrá ido a buscar a otro que le haga más caso que yo.

Retrogaming se llama la moda, no para mí que la viví en primera persona hace 30 años justos, cuando me regalaron con 9 mi primer ordenador de 8 bits. Aún así es incontestable que es una moda, una tendencia. Jóvenes con camisetas del Space Invaders curiosean entre consolas de primera generación, como el Pong, el píxel vuelve, lo retro mola y Azpiri sigue molando, enjuto, con sus gafas tintadas, su camisa blanca y su portafolio bajo el brazo. Recojo mis compras y me siento en las sillas del improvisado bar, a descansar y a esperar a que vayan llegando los remordimientos, pero un vistazo a la caja de esa Atari CX-2600 es suficiente para mantener mi sonrisa.Casi ha sido como volver a Nobel-Micro, la tienda de Alicante donde compraba los juegos de mi Spectrum y que por supuesto desapareció hace años.

Retrogaming para muchos, recuerdos y nostalgia para otros, como yo, que gracias a Internet y el mercado de segunda mano, intentaremos completar las colecciones que nos faltan, esas que no se acaban nunca, porque las compra el niño que aún se acuerda de escribir “load”” enter”, y ahora nadie nos puede decir “¡ya no te compro más videojuegos, que te vas a quedar ciego de estar todo el día delante de la pantalla!”

¡Nos vemos el año que viene!