Si este verano quieres un juego educativo para tus hijos con la tableta o el ordenador, piensa en Scratch, el sistema para enseñar programación a los niños a base de juegos. Se trata de un modelo diseñado por el prestigioso MIT de la Universidad de Harvard que está pensado para introducir a los más pequeños en la lógica de la programación y que no sean solo simples consumidores de tecnología, sino que la dirijan hacia lo que quieran.
Scratch es muy sencillo. Se basa en ir dando instrucciones a muñecos para que puedan actuar cómo el niño quiere o las instrucciones del programa le proponen. Un muñeco, Scratch, le va guiando. Hay que hacer que camine. ¿En qué se basa esa orden? En instrucciones. Hay que pensar en qué queremos decirle y que lo haga. Cada instrucción se prueba y el niño tiene la oportunidad de echar atrás y volver a empezar. Se trata de aprender, de probar y de ensayar. Como la programación informática adulta, como la vida.
Si queremos que el muñeco dé varios pasos, son varias las instrucciones y el juego se complica. Tranquila, que salen adelante. A partir de ocho o nueve años, pueden iniciarse en este sencillo sistema de programación que algunas escuelas ya empiezan a aplicar. Está pensado para niños y adolescentes de hasta 16 años.
El único problema que te puedes encontrar es que la mayoría de aplicaciones están en inglés, pero piensa dos cosas: les servirá para repasar vocabulario y siempre tienes la web en castellano, en caso de apuro.
Lo mejor de Scratch es que es progresivo, y les permite no solo animar sino también cambiar colores, cambiar formas, programar secuencias o poner música. La comunidad de usuarios ha creado también un montón de aplicaciones web que se pueden instalar para cambiar los objetivos.
Y el gran objetivo es que el niño aprende cómo manejar la tecnología que tanto le gusta. Si les das a elegir entre jugar un juego ya hecho o crear su propio juego, verás que no hay color y que se inclinarán hacia crear sus herramientas.
También para tabletas, tienes Hotscratch o Tynker, donde se pueden elegir varios personajes con mayor o menor nivel de complejidad.
Si eres adulto, y lo de ir animando muñecos se te queda un poco corto, siempre tienes Code.org, la web de clases gratuitas de programación que te permitirá adquirir los rudimentos básicos. Al menos, algunos primeros comandos que te permitan ir captando la lógica, y la belleza, de la programación. O crear tu propio Flappy Bird a partir de instrucciones. Las líneas de comandos y el ‘latín’ de los programadores ya los aprenderás más adelante. De momento, se trata solo de captar la lógica.