Si te has hecho adicta a los cupcakes y quieres hacerlos tan chulos como los de nuestras amigas de Las Tartas de Gretel, te vamos a proponer un atajo: una máquina que te hace las bases en apenas siete minutos.
La Cupcake Maker la fabrica la marca holandesa Bestron y es capaz de hornear seis piezas a la vez, ya sean cupcakes o magdalenas o muffins (que nada es lo mismo) en poco tiempo, sin que se pegue nada y con la misma facilidad de quien hace un sandwich en una sandwiches.
Con una máquina así, solo tienes que hacer la masa, verterla en el molde que es la Cupcake Maker y esperar unos minutos. Pero con esto no te lo acabas. También podrás preparar pastelillos de hojaldre o tarteletas de pasta brisa, por ejemplo, que luego puedes rellenar con preparaciones dulces o saladas, para meriendas o aperitivos.
Una de sus ventajas es que la propia máquina sirve de molde, porque ya te indica hasta dónde tienes que llenar la masa no solo para que no se desparrame la masa sino también para que cuando crezca no desborde el recipiente y adquiera una forma poco agradable. Porque ya sabemos que buena parte del éxito de estos pastelitos es que se comen con los ojos.
El gran inconveniente es que la máquina no tiene temporizador, así que hay que calcular el tiempo con un reloj externo, programando el móvil o directamente a ojo. Sabrás que la preparación está lista cuando, si la pinchas, el instrumento sale limpio, pero, admitámoslo, esto es un engorro.
Una vez cocidos los cupcakes, con el sabor y el relleno que prefieras, tendrás que dejarlos enfriar unos cinco minutos en el molde para permitir que se despeguen por sí mismos del recipiente, si no quieres quedarte con media pasta en la mano.
Solo entonces podrás ponerlas en un papel de magdalena y comenzar a decorar las piezas, para que un cupcake sea, por fin, un cupcake.
Así que si quieres iniciarte en la pastelería creativa o quieres hacer un regalo, la Cupcake Maker además es bastante asequible. Cuesta unos 45 euros en Amazon y la tienes en rosa y en blanco.
