Si eres de las que vas todo el día haciendo fotos con Instagram o con la cámara del móvil y quieres enseñarlas en casa, hay otros sistemas más allá de imprimirlas en papel y ponerlas en un marco, o pasarlas a una tarjeta SD y enseñarlas en un marco electrónico. Ahora puedes imprimirlas en unos bloques portarretratos y usarlas en la decoración de tu casa. O hacer un regalo ciertamente original.
La idea es de una empresa estadounidense que fabrica en Murcia y que ha patentado un sistema, Picglaze, que convierte las fotos en bloques de polímeros del tamaño justo de la imagen y que se pueden sostener solos. Según sus creadores, el sistema está más allá del metracrilato o el vidrio, porque da tonos más vivos a los colores. Lo que no son es reemplazables, porque la imagen es fija, una vez impresa no se puede cambiar.
El invento, el Picbloc, se basa en una tecnología llamada High Definition Picture Bright y, según sus autores, «agudiza las sensaciones de volumen, color, nitidez y luminosidad». Se basa en la cristalización sobre un bloque de polímeros plástico de alta densidad con un grosor de 1’9 cm y un efecto de iluminación propia, capaz de mitigar los defectos visuales de distorsión y reflejos provocados por otras soluciones tradicionales, como el cristal o el metacrilato.
Sus autores lo denominan como “portarretratos del siglo XXI” y se gestiona a través de su web o de una app que permite seleccionar las imágenes con las que quieres crear el Picbloc y enviarlas a la empresa para que te las envíe por correo a casa. Admiten dos formatos: o el cuadrado de Instagram o el apaisado de la cámara móvil.
La misma compañía, Picglaze, trabaja también con tamaños tipos póster pero en planchas compactas de 10 mm, más delgadas que el Picbloc. Aquí los formatos son 3:4, 2:3, Cuadrado y Panorámico, en 14 medidas distintas, desde 20×30 cm hasta 40×100.
