Nada más cómodo que una impresora en la que puedas imprimir desde cualquier parte, y encima sin cables. Son las llamadas impresoras inalámbricas, que se conectan a la wifi de casa o del trabajo y a la que puedes enviar documentos para imprimir o escanear desde el ordenador de sobremesa, el portátil, un tablet o incluso el móvil.
Opté por la Epson Expression Home XP-312 y la verdad es que estoy muy contenta. Tiene un tamaño muy confortable, algo más pequeño que modelos anteriores, aunque menos consistente.
La instalación normal en el ordenador es sencilla, porque en el folleto de instrucciones te indica los pasos a seguir y solo hay que seguirlos. Pero hay algún que otro truco.
He tardado unos 10 o 20 min, porque lo he hecho tranquilamente y porque se tarda mucho en introducir los números y letras de la clave de la wifi.
Los comandos son fáciles de manejar. A través de la pantallita puedes seleccionar el idioma, la función que quieres o si prefieres olvidarte de la wifi y configurarla para funcionar solo conectada al ordenador con cable.
Si vas a conectarla a un Mac –como era mi caso–, asegúrate de que tienes las opciones de Compartir Impresora activadas en el ordenador, porque si no, el proceso de instalación se vuelve un tanto engorroso porque nunca pasas de un determinado punto.
Una vez que todo esté en orden, para usar el móvil, puedes utilizar la aplicación Epson iPrint, para enviar fotos que quieras imprimir, o Apple Air Print, que ya viene configurada en un iPhone o un iPad y que aparece cuando vas a imprimir un documento o una foto. También puedes usar Epson Remote Print, para enviar el archivo a tu impresora, cuando estás lejos.
Una vez instalada, la impresora imprime rápido y el escáner va estupendamente. En la caja, como tantas otras, no se incluye ni el cable, ni papel de pruebas. Solo el CD y el manual de papel.
Y lo que también se echa de menos es un poco de color en la carcasa. Basta ya de impresoras que parecen ataudes. Un poco de color, por favor… 🙂