Cámaras hay muchas pero si se le puede atribuir una virtud a la Canon Powerhot N es su originalidad. Una cámara, que para empezar, tiene el disparador donde una no se lo imagina: en el objetivo, que además se puede inclinar despegándose de la cámara. Y con él graba vídeo de alta definición y toma fotos como cualquier compacta de calidad pero con detalles casi profesionales como el balance de blancos y ajustes de brillo.
Pequeña, cuadrada, muy compacta y algo pesada, la Canon Powershot N quiere ser una cámara pensada para «jóvenes de la veintena fotógrafos que comienzan que quieran hacer fotos creativas y compartirlas en las redes sociales», explica a Gadwoman su diseñadora, Miyabi Orihashi, desde Canon Japón.
El lugar del disparador no ha sido elegido al azar. «Fue una decisión deliberada para crear una cámara de un diseño único, que no obligue a los usuarios a tomar fotos de un modo tradicional. La forma y el tamaño de la Powershot N le permite disparar desde cualquier parte y la inclinación del panel táctil, el anillo móvil y la lente del zoom como controles principales permite tomar imágenes desde una gran variedad de ángulos», añade.
A su juicio, situar allí el disparador «pone menos estrés en las manos». Una opción discutible, porque se hace difícil manejar una cámara tan pesada con una sola mano teniendo que pulsar en una posición tan difícil como el anillo donde se gradúa el zoom. Necesitas las dos manos para manejarla. Y más con unos controles tan pequeños, pensados, según Orihashi, para «que no sea fácil un encendido accidental en un bolso».
A esto no ayuda el que la pantalla táctil no vaya cubierta ni se pueda proteger más que con una funda externa. Se echa de menos poder rotarla para esconderla como ocurre con otras cámaras de la firma. Aunque, según su diseñadora, el cristal de la pantalla es tan robusto que no hace necesario protegerlo especialmente.
La supuesta sencillez de la cámara se pierde también en los menús, casi idénticos al de otras cámaras de Canon, y que no ha sido diseñado para la ocasión. A nivel de software, la Powershot N tiene hasta cinco filtros, que permiten transformar la imagen en la misma cámara y una función muy interesante: se pueden enviar las imágenes desde el dispositivo a un programa especial a través de una red wifi.
Esta opción tampoco es muy intuitiva y requiere de varios pasos. Primero registras el dispositivo y descargas una app en tu tableta o smartphone, al que puedes conectarlo presionando el botón de Mobile Device Connect Button y desde allí se pueden pasar fotos. Almacena los últimos tres dispositivos a los que se han conectado, incluida una impresora.
Cuesta unos 274 euros.