Usar el móvil en el extranjero, sobre todo para consultar el correo, buscar una dirección o entrar en alguna web es motivo casi de pánico para muchos. Y con razón, porque no son extrañas las facturas más que abultadas por haber utilizado internet en tu smartphone o desde tu tableta desde países fuera de la Unión Europea –Andorra, sin ir más lejos– o por haber visto un vídeo en los límites comunitarios.
La Comisión Europea, gracias a Neelie Kroes y a su predecesora, Viviane Reding, aprobó el pasado mayo la normativa que obliga a las operadoras a reducir las tarifas de datos en roaming y a avisar a los usuarios de que pasan determinada cantidad.
Este mínimo son 50 euros al mes. Si tu consumo pasa de esa cifra en datos en el extranjero, TODAS las operadoras están obligadas a enviarte un SMS para recordártelo y no te pueden cobrar por ello. Es gratuito. Solo se admite que el cliente renuncie expresamente a ello, si no, están obligadas.
Algunas compañías, como Telefónica, han hecho de esto un servicio añadido y proponen a sus clientes un servicio para controlar el gasto en el extranjero que puede incluir el corte del servicio cuando se pasen de la cifra que fije el cliente. Si el cliente lo quiere volver a activar, puede hacerlo enviando un SMS.
También Vodafone ofrece un sistema de control similar, que amplía a varias cantidades fijas, de hasta 400 euros, aunque la cantidad fija por defecto son 50 euros para la Unión Europea.
Orange, por su parte, extiende este servicio a todo el mundo, y lanza el mismo aviso cuando has gastado 40 euros y lo repite a los 50 euros.
El año próximo, además, las tarifas deberán ser más baratas por ley y el tope de 0,29 euros por minuto de voz actual se ha de quedar en un máximo de 0,24 euros.
(Fuente CMT)
Y será válido en toda la Unión Europea. La normativa también permitirá cambiar de operador durante los viajes. Veremos dónde lo deja el papeleo.