Juegos de Miyamoto para comprar a tus hijos

0
3928
Miyamoto y Mario

 

Advertisements

Miyamoto y Mario

A Shigeru Miyamoto, uno de los creadores de videojuegos más conocidos del mundo, la han concedido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Ciencias Sociales por su aportación al ocio interactivo. Miyamoto, una auténtica leyenda para quienes amamos el videojuego, es autor de series de juegos tan míticos como La leyenda de Zelda, Mario o Donkey Kong, y un defensor del entretenimiento aplicado a las consolas.

Suyas son también las direcciones creativas de la Wii o la Nintendo DS, como antes lo fueron la Nintendo 64, la Gamecube o la Gameboy. Con ellas se descubrieron mundos fantásticos, se exploraron territorios, se recogieron objetos y se chafaron verduras de la forma más divertida posible. Miyamoto descubrió también al mundo que una consola puede contribuir a hacer ejercicio (la Wii), que había público más allá de los adolescentes (los perritos de Nintendogs, las plataformas de Mario, los plátanos de Donkey Kong) o que se puede estimular el cerebro con los juegos (Brain training).

Si quieres conocer un poco más a Miyamoto o que tus hijos disfruten de sus juegos, estas son algunas de las propuestas para las consolas actuales.

Nintendo DS mujeres

  1. La leyenda de Zelda: Skyward Sword. El nuevo episodio de la saga del héroe Link en busca de la princesa Zelda en un territorio que se hace cada vez más grande y fantástico, y que hay que explorar con cuidado.

  2. Mario Tennis Open. Los personajes de siempre, como Mario, Luigi, Yogui y la princesa en partidas de tenis un tanto extravagantes. Para la Wii.

Wii Mario Party 9

3. Mario Party 9. Los mismos personajes en varias aventuras por distintos escenarios en los que hay que puntuar y resolver situaciones para seguir avanzando.

  1. Nintendogs and cats. Añade un gato al mundo de tu perro cachorro, y utiliza la mascota virtual para enseñar valores que también se podrían aprender con una mascota real, tal como te muestra una psicóloga. Para Nintendo DS.