Cómo editar un buen vídeo, en cinco pasos, por Mònica Tudela

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Editar un vídeo es una tarea tan interesante como delicada. Un buen montaje puede dar más brillo a un material no demasiado bueno, es cierto. Pero si a una buena idea y unas buenas tomas se les suma una edición adecuada, el resultado es un vídeo excelente.
1. La organización, un buen punto de partida
Dejando de lado el programa de edición que se use (hay muchos y de distinta complejidad), lo más importante es saber qué queremos hacer. De nuevo, las ideas. Si se tiene tiempo, lo ideal es ver todo el material grabado, descartar el que no se va a usar y describir brevemente el que sí será útil. Y a partir de aquí, planear.Lo mejor es trabajar con clips de vídeo que tengan el mismo formato y tamaño, pero como muchas veces no es así, lo mejor para conservar la calidad final es adaptar todo el material a la resolución más baja. Si no hacemos eso, algunos clips se verán peor que otros en el montaje final.Con el material ya preparado, se suben los vídeos al editor. Cada uno encuentra su manera de organizarse, pero para encontrarlos más fácilmente, ayuda separarlos en carpetas. Una vez en el programa, en la zona de vista previa se revisa y selecciona el material y luego se coloca en la línea de tiempo del editor (la parte principal, la zona de trabajo). Es allí donde se manipula, se corta y se adapta. Cuando se tocan esos clips nunca se altera el original que se guarda en el ordenador, se trabaja con la copia subida al programa.2. Mil y una maneras de ordenar y enlazar
Montar un vídeo es, en pocas palabras, poner las imágenes una tras otra, enlazarlas. Pero es muy importante de qué manera se hace. Al montar hay que mantener la continuidad (de acción, de movimiento, de tema), para que el resultado sea natural. Los saltos de imagen desconciertan al espectador. Aunque, claro está, estas normas se rompen a veces con fines creativos.

Hay muchas maneras de unir un plano a otro: por corte (montaje más dinámico), mezclando uno con otro (más pausado), fundiendo a blanco o a negro entre imágenes… Son solo ejemplos, ya que los programas de edición permiten un sinfín de transiciones y efectos creativos. Las transiciones se usan para unir dos vídeos. Cuando se aplica un efecto, en cambio, afecta a todo el clip.

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3. Poner atención al ritmo
Cuando se edita hay que tener muy en cuenta el ritmo, que tiene que ir acorde con la historia que se cuenta. No es lo mismo explicar con imágenes un evento deportivo que un acto religioso, por ejemplo. El ritmo va íntimamente ligado a la duración de los fotogramas y a la forma en que se pasa de uno a otro. Los clips breves son más dinámicos (aunque si son excesivamente breves el espectador quizá no tenga tiempo de apreciar los detalles) y los más largos son más pausados (aunque hacerlos demasiado largos puede aburrir). Adaptar el ritmo al tema es una de las cosas más complejas del montaje, y ahí reside gran parte del éxito del vídeo.

Si en el vídeo se escriben rótulos, títulos, nombres de personas, créditos, etcétera, suele aconsejarse que las letras duren en pantalla el tiempo suficiente para que el espectador pueda leerlas un par de veces con comodidad.

4. El sonido también necesita su tiempo
Una vez está un clip en el editor se aprecia que la imagen y el sonido se colocan en pistas diferentes y que, por tanto, se trabajan por separado. El sonido también se corta, mezcla y adapta.

Igual que hay que estar atento al sonido a la hora de grabar, también hay que tenerlo en cuenta al montar. Un buen sonido da mucha vida al vídeo, ya sea una canción adecuada con la imagen, una voz, o el sonido ambiente. Los planos sin sonido de ambiente parecen falsos, irreales.

5. Exportar, el último paso
El último paso cuando ya tenemos el vídeo terminado es exportar, esto es, combinar la imagen, el sonido, la música, los textos y los efectos y obtener el archivo final en el formato que se desee. La elección del formato (con los ajustes de vídeo y de audio correctos) dependerá del fin que se le quiera dar al vídeo y del lugar donde se quiera ver. No es lo mismo exportar un montaje para colgarlo en una página web que para proyectarlo ante un auditorio en una pantalla gigante.

Y por último, un consejo muy útil. Conviene hacer copia de seguridad del material y, con frecuencia, darle al “guardar” en el proyecto con el que se trabaja. Si se cuelga el ordenador, más vale que nos pille con el proyecto guardado. Quien haya perdido algún proyecto alguna vez y lo haya tenido que repetir ¡seguro que me da la razón!

Mònica Tudela trabaja en El Periódico de Catalunya desde hace 14 años. Tras mucho tiempo redactando, ha cambiado el boli y la libreta por la cámara y actualmente es reportera del equipo audiovisual del diario. Cuando no hace vídeos, sus otras grandes pasiones son viajar y hacer fotos.

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