En este mundo de Facebook, Twitter y Tuenti, hay quien busca no estar donde están todos. Es la filosofía del club social, ya sabes, exclusivo, selecto, restringido y en el que no sea fácil entrar. «Jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como yo», dijo Groucho Marx cuando le negaron la membrecía sin saber quién era en realidad.
Pues la red A small world funciona casi así pero en online. La red social, que algunos cuando salió quisieron presentar como un «Facebook para millonarios«, cumple siete años de existencia con la misma voluntad de diferenciarse y de dirigirse a gente «con mentalidad internacional» y espíritu viajero.
Funciona bajo invitación y, o hay que tener un amigo dentro que te apadrine, o hay que apuntarse al formulario y esperar a que les dé por abrir la puerta. Como una disco de entrada difícil, vamos 😉 Y el inglés es el idioma de uso.
¿Y dentro qué hay? Pues treinteañeros, cuarentones, emprendedores que buscan socios para sus negocios, gente que busca plan (y también fiestas y eventos), gente que ofrece cosas y gente que pide consejos. Funciona la geolocalización, así que te explican quién pide sugerencias sobre tu ciudad para que les eches una mano o porque vienen de visita. Te venden artículos o incluso casas (o te ofrecen compartir un piso) entre miembros de la red y hay algunas ofertas de trabajo (aunque para las suyas no pagan). Y contenidos exclusivos, como guías de viajes y de compras, y artículos (la guía de los solteros más interesantes), solo para socios. Y tienen versión móvil.
También te envían publicidad, aunque no son invasivos (una newsletter por semana y gracias), de ofertas exclusivas, con especial atención a viajes y eventos. Todo con mucho glamour y muy bien presentado.
Pero piénsatelo bien. Aunque pertenecer a la red es gratis, si ajustar el presupuesto es una prioridad para ti, aquí van de hedonistas sin bolsillos low-cost. Vamos, que si Ivanka Trump es socia (desde 2005) y tiene 329 conexiones, piensa en cuántos amigos pobres debe de tener esta chica…
