Fin de semana alojados a través de Airbnb

0
3346
Apartamento en Berlín con Airbnb

Apartamento en Berlín con Airbnb

Advertisements

Fin de semana de trabajo en Berlín, en plena feria IFA de electrónica de consumo, y los hoteles por las nubes. Así que como somos unos modernos, mi amigo y yo nos recurrimos a Airbnb, la web de alojamientos en casas particulares sin intermediarios.

Buscábamos un apartamento con dos camas separadas, y a ser posible dos habitaciones, limpio, céntrico y bien comunicado. No pedíamos demasiado: solo que no hubieran puesto la colcha de la abuela y que tuviera una wifi para trabajar a gusto. Y un presupuesto que no excediera los 90 euros por noche, lo que ya era mucho más barato que un hotel por esos días.

No fue tan fácil. Las dos habitaciones acabaron convertidas en habitación más comedor, y las dos camas en cama más futón. Y la wifi fue un pincho 3G para instalar con el software en alemán del que no descifré más que Nein. Eso sí, avisaron y se ofrecieron a colaborar.

También supimos –porque hay que leer lo que está y, sobre todo, lo que no está– que no había ascensor. Me veía escalando cinco pisos tras una agitada noche de copas y tentada de reposar en cualquier rellano. O peor, cargando la maleta mientras pedía que apareciera Supermán.

El dueño del piso, un americano mucho más guapo de lo que aparecía en la foto, hizo honor a sus reseñas, y se portó. El piso –ahí teneis la foto– estaba impoluto, nos dejaron una llave de más y nos dieron todas las facilidades para devolverlas el último día.

Pero, claro, las costumbres locales. No había cafetera, no había persianas, no había cortina en la bañera y el espejo del baño era testimonial.

Pero nos hubieramos quedado allí una buena temporada. Estaba super céntrico, en una calle con muchísimo encanto y lleno de luz. Los 98 escalones los sufrimos, así como el suplemento de ser dos, la comisión de la web y el plus por la limpieza (cuando te vas), que encareció algo el precio. Pero, no hay color, infinitamente más barato que un hotel, gracias a los cinco pisos.

El cobro lo hacen, además, cuando te vas, por si hay algún problema, pero al precio final hay que añadirle los gastos de limpieza y la comisión de Airbnb.